09 de Abril de 2025 - 08:40

Según FAUBA, la rotación de cultivos aumenta un 7% las reservas de carbono del suelo

Un trabajo de la Fauba, en base a datos publicados entre 1983 y 2021, concluyó que la rotación de cultivos intensiva aumenta un 7% las reservas de carbono orgánico del suelo y un 22% su capacidad para mantenerse estable ante la erosión.

Como punto de partida, analizaron más de 30 publicaciones vinculadas a esta cuestión en la región Pampeana.

Los resultados dejaron en evidencia que -en promedio- las rotaciones con más especies a lo largo del año aumentaron un 7% las reservas de carbono orgánico del suelo y un 22% su capacidad para mantenerse estable ante la erosión.

Emilia Giustiniani, docente de Manejo y Conservación de Suelos en la Fauba, comenzó a explicar este tema desde cero: “Un monocultivo consiste en hacer un solo cultivo por año y en contraste, la intensificación implica sembrar más cultivos a lo largo del año”.

La docente remarcó que “como la intensificación aumenta la cobertura vegetal, también crece la estabilidad estructural del suelo. Es decir, le permite resistir la erosión de la lluvia o el viento”.

Y agregó: “Además, este manejo deja más residuos vegetales, que se incorporan como carbono orgánico, muy vinculado a la ‘salud’ del suelo”.

Para medir el impacto de la intensificación, el equipo de trabajo liderado por Giustiniani reunió 33 trabajos publicados entre 1983 y 2021, en los que se comparan monocultivos y rotaciones con pocas especies, versus rotaciones con más cultivos en la zona Pampeana.

“Analizamos muchos estudios, y esto le aportó mucha potencia al trabajo”, aseguró la docente.

El común denominador en esta búsqueda fue analizar cÓmo cambia el carbono orgánico y la estabilidad estructural del suelo. En este punto, señalaron que el carbono fue un 7% mayor en las rotaciones que incluyeron más cultivos, sobre todo en superficie, y la estabilidad estructural aumentó un 22%, principalmente en profundidad.

En las rotaciones con más intensificacón, aumentó el carbono y la estabilidad estructural

En el caso de secuencias de intensificación mayores a 9 años y con más gramíneas como trigo y maíz, aumentaron todavía más el carbono del suelo y la estabilidad estructural. Estos resultados fueron publicados en la revista científica European Journal of Soil Science.

En la actualidad, el grupo de trabajo está abordando el impacto de la intensificación también en la Patagonia argentina. En concreto, estudian su  efecto en el carbono orgánico y la estabilidad estructural en cultivos hortícolas de Bariloche.

“En esta zona, los suelos son volcánicos y también el manejo es muy diferente: usan abonos orgánicos, labranza y asociación de cultivos, a la vez que cuentan con una gran variedad de especies”, comentó Giustiniani

Y concluyó: “En la región Pampeana demostramos que podemos tener buenos rendimientos y, a la vez, preservar la buena salud del suelo. Ahora tenemos el desafío de hacerlo en otros paisajes de la Argentina”.

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