24 de Diciembre de 2024 - 19:14

El mensaje del Papa Francisco en la Misa de Nochebuena

El Papa Francisco inauguró el 27º Jubileo al abrir la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en un evento que reunió a fieles de todo el mundo y a representantes de diversas confesiones cristianas.

El pontífice llegó en silla de ruedas, afectado por un resfriado que lo había obligado a suspender el rezo del Ángelus el domingo anterior. “La Puerta Santa que se abre en la noche de Navidad es una invitación a dar un paso, a vivir una Pascua de renovación, a ingresar en esa vida nueva que nos brinda el encuentro con Cristo”, expresó Jorge Bergoglio durante su mensaje este martes.

En la plaza de San Pedro se congregaron cerca de 20.000 personas y unas 6000 en el interior de la basílica para seguir este acto de inicio del Jubileo, tras acceder entre imponentes de seguridad por pasillos establecidos y medidas detectores de metales.

Se estima que alrededor de 30 millones de peregrinos visitarán Roma a lo largo del Jubileo. El miércoles 25, el Papa liderará la ceremonia desde el balcón de la Basílica de San Pedro, donde impartirá la bendición Urbi et Orbi. Asimismo, el jueves está programada una visita a la prisión romana de Rebibbia, donde Francisco rezará el Ángelus junto a los reclusos.

El mensaje del Papa Francisco en la Misa de Nochebuena

El papa Francisco deseó que el Jubileo que comenzó este martes con la apertura de la Puerta Santa dé esperanza a los países abrumadores por las deudas y profanados por la guerra, en su homilía de la Misa del Gallo celebrada en la basílica de San Pedro.

”En esta noche, la puerta de la esperanza se ha abierto de par en par al mundo; en esta noche, Dios dice a cada uno: ¡también hay esperanza para ti!”, dijo Francisco, que agregó que “Dios perdona siempre y lo perdona todo”.

Tras la apertura de la puerta, para lo que tocó varias veces con el puño y no empujó como era habitual, Francisco entró en silla de ruedas en completo silencio a la basílica, mientras fuera de la plaza se escuchaban las campanas de San Pedro .

Francisco se colocó, como en los últimos años por sus problemas de movilidad, en un lado del altar mientras celebraba la misa el cardenal Giovanni Battista Re, decano del colegio cardenalicio.

En su homilía, el papa deseó que este sea un Jubileo de esperanza “para nuestra madre tierra, desfigurada por la lógica del beneficio; que llegue a serlo para los países más pobres, abrumados por deudas injustas; que llegue a serlo para todos aquellos que son prisioneros de viejas y nuevas esclavitudes”.

Además, afirmó: “Todos nosotros tenemos el don y la tarea de llevar esperanza allí donde se ha perdido; allí donde la vida está herida, en las expectativas traicionadas, en los sueños rotos, en los fracasos que destrozan el corazón; en el cansancio de quien no puede más, en la soledad amarga de quien se siente derrotado”.

“También en el sufrimiento que devasta el alma, en los días largos y vacíos de los presos, en las habitaciones estrechas y frías de los pobres, en los Lugares profanados por la guerra y la violencia”, añadió.

Francisco dedicó un momento en recordar a quienes sufren por los conflictos bélicos. “Pensemos en las guerras, en los niños ametrallados, en las bombas en las escuelas”. Luego, pidió que en este Jubileo “nos indignemos por las cosas que no están bien y que tengamos la valentía de cambiarlas”.

“La esperanza que nace en esta noche no tolera la indolencia del sedentario ni la pereza de quien se acomoda en su propio bienestar; no admite la falsa prudencia de quien no se arriesga por miedo a comprometerse (...) ni de quien no alza la voz contra el mal ni contra las injusticias que se cometen sobre la piel de los más pobres”.

Comentarios