Voto a voto, Trump y Harris se disputan la elección presidencial en Estados Unidos
Estados Unidos vive su 'supermartes' en las elecciones presidenciales: Kamala Harris y Donald Trump en la disputa final por la presidencia
Cómo funciona el proceso electoral en Estados Unidos
El sistema electoral de Estados Unidos se caracteriza por ser indirecto, diferente de muchas otras democracias. En lugar de un conteo directo de votos populares para determinar al ganador, la elección presidencial se basa en un mecanismo llamado Colegio Electoral. Este sistema, que ha sido objeto de debate por su falta de correspondencia directa con el voto popular, permite que cada estado designe un grupo de electores según su población, quienes luego eligen al próximo presidente.
En total, el Colegio Electoral cuenta con 538 electores, de los cuales un candidato necesita 270 para ganar la presidencia. La cantidad de electores que representa a cada estado varía: California, siendo el estado más poblado, tiene 54 votos electorales, mientras que Wyoming, con una población significativamente menor, cuenta con solo tres. Esto da a cada estado un poder relativo que no siempre refleja el total de votos emitidos a nivel nacional.
La mayoría de los estados adopta la regla de "el ganador se lleva todo", donde el candidato con más votos populares en ese estado recibe todos los votos electorales correspondientes. No obstante, existen excepciones como Maine y Nebraska, que dividen sus votos electorales de forma proporcional a los resultados de sus distritos. Este sistema puede llevar a que un candidato gane la presidencia con menos votos populares, como ocurrió en 2016 cuando Donald Trump fue elegido pese a que Hillary Clinton obtuvo casi tres millones de votos más.
El peso de los estados oscilantes y la votación anticipada
Un factor crucial en el proceso electoral de Estados Unidos es la influencia de los llamados "swing states" o estados oscilantes. A diferencia de los estados que históricamente apoyan a un partido (como California o Nueva York para los demócratas y Texas o Florida para los republicanos), estos estados tienen un historial de cambios en sus preferencias partidarias, lo que los convierte en el campo de batalla decisivo.
En las elecciones de 2024, los estados de Pensilvania, Georgia, Michigan, Wisconsin, Nevada, Arizona y Carolina del Norte son considerados claves. Juntos, estos estados representan 93 votos electorales, cerca de una quinta parte del total del Colegio Electoral, y su influencia es tan significativa que cualquier cambio en el margen de apoyo puede inclinar la balanza a favor de uno u otro candidato.