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Después de varios meses de conflicto y paros que afectaron vuelos y dejaron a miles de pasajeros varados, Aerolíneas Argentinas y los principales gremios aeronáuticos alcanzaron un acuerdo. Este entendimiento fue ratificado por la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), dirigida por Juan Pablo Brey; la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), liderada por Pablo Biró; y la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), bajo la conducción de Edgardo Llano. La negociación incluyó un incremento salarial del 16% y modificaciones en los convenios colectivos.

Este aumento puede llegar al 20%, de acuerdo a la productividad, es decir que a mayor cantidad de horas trabajadas, mayor será el ingreso. El salario promedio rondaba el millón de pesos, pero desde el 1° de diciembre, algunos empleados podrían llegar a cobrar entre $1.300.000 y $1.400.000, dependiendo de su carga horaria.

Un aspecto fundamental del acuerdo es el compromiso de paz laboral. Se estableció que sindicatos no harán más paros durante el verano, siempre y cuando se respeten las condiciones pactadas, como la estabilidad en el empleo y la ausencia de despidos.

Cambios en condiciones laborales y revisión de beneficios

Además del incremento salarial, se acordaron otras cuestiones como cambios en condiciones laborales y revisión de determinados beneficios. Con estos cambios, la aerolínea busca asegurar una temporada de verano sin inconvenientes.

Miembros del gremio APLA, el personal jerárquico y los pilotos jubilados, perderán el derecho a pasajes confirmados en clase ejecutiva para ellos y sus familiares directos. Además, pilotos y tripulantes accedieron a sustituir el servicio de remises por un sistema de viáticos que entrará en vigencia después del verano. Asimismo, de ahora en adelante, tanto pilotos como tripulantes comenzarán a contabilizar su jornada laboral al llegar al aeropuerto, y no al subirse al vehículo, aunque el servicio de remises se mantendrá hasta que expiren los contratos vigentes con las empresas proveedoras.

Gremios, como APTA (mecánicos) y UPSA (personal superior), aceptaron ajustes en sus condiciones laborales. Estas modificaciones les darán mayor flexibilidad en sus funciones, eliminando restricciones operativas que estaban en vigencia desde hacía más de diez años y que afectaban la eficiencia de la compañía. Los mecánicos y el personal de rampa podrán ser asignados a diferentes áreas de trabajo, eliminando una rigidez histórica en los puestos.

Finalmente, los tripulantes de cabina aceptaron la implementación de ventas a bordo de productos, una medida que podría aumentar los ingresos de la aerolínea.

Desde Aerolíneas Argentinas informaron que estas medidas, junto con otras implementadas, ya permitieron reducir el déficit de la compañía en más del 75% en comparación con 2023, cuando las pérdidas alcanzaron los 390 millones de dólares.