La Aduana de Ezeiza registró un brote de COVID, reclaman ventilación y falta de limpieza a Aeropuertos Argentina 2000
Baños sin limpieza suficiente y recintos sin ventilación, la queja de los aduaneros de Ezeiza. Tras 10 casos con síntomas de coronavirus, 2 jefes y 22 guardas permanecen aislados en sus casos. Pero las obras y la limpieza necesarias no aparecen.
Hasta el jueves de esta semana, 2 jefes y 22 guardas del Aeropuerto Internacional de Ezeiza deberán permanecer aislados en sus casas. De ellos, una decena tuvo síntomas de COVID-19 o coronavirus, tras lo cual rápidamente la nueva directora de la Aduana en ese aeropuerto, Rosana Lodovico, decidió las medidas de aislamiento. Además de ser una funcionaria con extensa carrera dentro del organismo, Lodovico colabora con una ONG dedicada a temas de salud, por lo cual decidió rápidamente aislar a los potenciales contagiados de coronavirus.
El servicio al viajero no se resintió para nada, ya que la nueva directora, que reemplazó al cuestionado Ramiro Roibas, decidió suplir a los ausentes con personal disponible dentro de su dirección. De la unidad operativa Ezeiza dependen también los aduaneros del Aeroparque Metropolitano y El Palomar: como ambas terminales aeroportuarias están cerradas, los destinados allí estaban rápidamente disponibles para cubrir los lugares vacantes, 22 empleados y 2 jefes en total.
Los contagiados y sospechosos trabajan en lo que se llama “Salón”, el área donde los empleados de Aduana tienen contacto con los pasajeros. Desde el embarque, hasta las cintas transportadoras que devuelven las valijas, como también el free shop, dependen de “Salón”, donde todo comenzó con el contagio de un guarda verificador, que fue a trabajar con síntomas pero sin avisar a sus compañeros. La alta contagiosidad del virus hizo el resto: primero fueron dos aduaneros más con síntomas, luego llegaron a seis, y cuando ya eran 9 rápidamente se decidió el aislamiento de dos turnos enteros como medida preventiva.
. Aeropuerto sin obras y quejas por la limpieza en baños
“Tuve que ir personalmente para que limpien los baños”, se queja -off the record- un funcionario de la Aduana que lleva años en Ezeiza. Y también apunta que “no tenemos ni una ventana para que circule el aire”. Como se sabe, una de las medidas clave para evitar la expansión del coronavirus es la ventilación de los ambientes, a tal punto que un ventilador de techo resulta efectivo y un aire acondicionado puede ser foco de contagio, excepto que se cambien sus filtros por otros más caros, similares a los que usan los aviones. Ni en Migraciones, ni en Salón, como tampoco en el área de embarque y pre-embarque, Aeropuertos Argentina 2000 hizo obras en tal sentido.
“Hasta la apertura de los vuelos no tuvimos contagiados de coronavirus. Luego de ello aparecieron estos casos”, le contó a Minuto de Cierre un empleado de la Aduana de Ezeiza. “No nos extraña, ya que no se hizo ni la más mínima obra para generar ventilación. Todo el aeropuerto es un ámbito cerrado, y eso no se modificó un ápice”, agregó.
La única medida preventiva fue realizar el check-in de los pasajeros al aire libre, pero sin evitar la aglomeración de los mismos. Como la Terminal C está cerrada, todos los pasajeros confluyen en la Terminal A. Es decir, se los ubica un lugar con ventilación, pero demasiado juntos y sin mayor control sobre el ya conocido y recomendado distanciamiento social.
Apenas se propagaron los contagios, desde la dirección de Ezeiza hubo consultas con el sindicato y también el Servicio Médico de la AFIP, que rápidamente avalaron el aislamiento preventivo de los empleados de dos turnos. Más allá de eso, aunque se declinó el realizamiento de una queja formal, se le planteó a Aeropuertos Argentina 2000 el refuerzo de la limpieza en baños, pues se consideró que no estaban en óptimas condiciones.
Si los contagios arrecian, el tema podría ser competencia de los ministerios de Salud y Transporte. Como suele ocurrir, la condición de monopolio de Aeropuertos Argentina 2000 resiente la calidad del servicio. Es cierto que la escala aerocomercial del país hace difícil un esquema de competencia al estilo de los Estados Unidos, donde diferentes aeropuertos compiten por brindar mejores servicios a los pasajes y las aerolíneas. Pero, por lo menos, un mayor control del Estado Nacional sobre una de las concesiones más rentables, podría generar mejores condiciones sanitarias, imprescindibles en este momento de la pandemia.
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