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Aunque los militares no tengan hoy sobre ellos la mirada de la sociedad, mantienen un vicio típico de los argentinos y también de ellos mismos: las internas.

En los últimos meses, recrudeció una que por ahora el ministro de Defensa -Julio Martínez- viene resisistiendo o administrando, aunque su intensidad recrudece. El jefe del Estado Mayor Conjunto (EMCO) de las Fuerzas Armadas, teniente general Bari del Valle Sosa, quiere ubicar a un hombre propio como jefe del Ejército, buscando desplazar al teniente general Diego Luis Suñer.

Por su trayectoria y perfil profesional, Suñer resiste bien en el cargo. Pero Bari del Valle Sosa carga contra él junto a un militar (retirado) de gran habilidad para los negocios: el general Daniel Manuel Reimundes. "Si está Reimundes en el medio de todo, la ofensiva contra Suñer debe tener algún motivo de negocios", cuenta un militar que conoce bien la interna y los hombres de las fuerzas.

Reimundes ganó protagonismo durante el gobierno de Fernando de la Rúa, reivindica el terrorismo de Estado y la llamada "lucha antisubversiva", es abogado y también un próspero hombre de negocios. 

Este militar, hijo de un coronel homónimo, cosechó gran cantidad de amigos durante el kirchnerismo, entre ellos Jorge Triaca, padre del actual ministro de Trabajo. Sus contactos incluyen economistas de la City porteña, periodistas, y fuertes vínculos en Washington, donde fue agregado militar de la embajada argentina.

Reimundes es un defensor de la repolitización de las Fuerzas Armadas. Durante la crisis de 2001-2002, se reunía con un grupo de coroneles para "para estudiar qué hacer si se va Duhalde o se produce una pueblada". En el kirchnerismo, organizó una cena en el Regimiento I de Patricios, a la que fue invitado Enrique "Coti" Nosiglia junto al ex side Fernando de Santibáñes. Desde 2004, Reimundes constituyó en Mendoza la empresa Idus Andina Sociedad de Bolsa S.A. 

Reimundes, junto a Bari del Valle Sosa, conspiran contra Suñer para ascender al general de brigada Claudio Pasqualini, quien le sería funcional a ellos. Si el ministro de Defensa, Julio Martínez, opera como su correligionario radical "Coti" Nosiglia, la ofensiva contra Suñer tendrá éxito. Pero eso no está garantizado. Y lo último que necesita la sociedad argentina son internas militares.