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Se llama Pedro, como el famoso “Pedro P”, de la canción de Raffaela Carrá que se viralizó por estos días en redes sociales. Sin embargo, no despierta la misma simpatía, sino todo lo contrario. Scarpinelli, el subdirector de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), tiene una denuncia en contra ante la Oficina Anticorrupción (OA), los trabajadores no hablan bien de él, y se fue acomodando con distintos sectores político (el PRO de Macri, el larretismo, ahora los libertarios).

Desde la secretaría de Transporte lo defienden. Por un lado, señalan que “como toda denuncia -la presentada ante la OA-, tiene que evaluarse. Hay gente enojada que le tira a Franco (Mogetta) y a Pedro (Scarpinelli)”. Además, apuntan que su designación formal -el 18 de enero- coincidió con el tiempo que lleva trabajando en la CNRT.

Sin embargo, trabajadores de ese organismo consideran lo contrario. De acuerdo a tres de ellos consultados, lo vieron por el organismo recién después del 21 de mayo, cuando salió publicada su designación en el Boletín Oficial, como contó este medio en una nota de ayer (https://www.minutodecierre.com/nota/2024-6-25-9-16-0-pedro-scarpinelli-el-operador-del-secretario-de-transporte-que-fue-designado-echado-nunca-fue-a-trabajar-y-cobro-casi-15-millones-de-retroactivo). “Lo recuerdo perfectamente porque apenas lo vimos en el Boletín Oficial pasó por nuestras oficinas a saludarnos y presentarse”, señala uno de los consultados. “Dio la impresión que pretendía arrancar distinto a lo que fue su experiencia en la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV)”, evaluó otro.

Con respecto a su experiencia en el sector transporte, Scarpinelli acumula más de 13 años, tanto en organismos nacionales como internacionales. Fue consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), trabajó en el gobierno porteño entre 2016 y 2018 (primera gestión de Horacio Rodríguez Larreta), así como en el Observatorio de Seguridad Vial de la Provincia de Buenos Aires. Scarpinelli es licenciado en Gobierno y Relaciones Internacionales, con una maestría en Transporte Sustentable.

Eso no quita que en la ANSV haya acumulado tensiones con los empleados del organismo. “Pedía sushi, chofer permanente, nombraba amigos y familiares en el área de prensa”, comenta uno de ellos. La denuncia presentada ante la Oficina Anticorrupción, cuya portada ilustra esta nota, habla de presuntos “fraude en perjuicio de la administración pública; peculados de trabajos y servicios; tráfico de influencias; amenazas”.

Entre sus buenas relaciones políticas, que lo sostienen en el cargo y dentro de este Gobierno, se cuentan una “caduca” y otras dos de peso. Llegó a la ANSV, donde duró poco, de la mano del ex jefe de Gabinete, Nicolás Posse. En la actualidad se apoya en Franco Mogetta, el cordobés al cual conoce de la gestión de empresas de transporte en Santiago del Estero. También tiene buena llegada a Lucila Capelli, ex subsecretaria porteña de Planificación de la Movilidad, que actualmente es la directora ejecutiva de la Asociación Sustentar.