22 de Octubre de 2024 - 14:25

La jefatura de Velis no arrancó, pero en la Aduana ya hay subdirectores en la mira

Eduardo Mallea estaba en Bruselas y lo hicieron volver de urgencia. Fuertes cuestionamientos a la subdirectora de Interior, Milagros Racana; como también dudas sobre la continuidad de Javier Ferrante, el reciente subdirector de Control. La experiencia del nuevo director general y la postura por ahora crítica del gremio. 

José Andrés Velis, el nuevo director general de Aduanas, todavía no fue nombrado ni asumió, pero ya se habla de cambios en las subdirecciones, las dependencias que están inmediatamente debajo suyo. El más previsible, de acuerdo a la nueva tónica de ahorro fiscal, es el desplazamiento de Milagros Racana, la subdirectora general de Interior que gastó una fortuna para un evento en Mendoza, pero el mismo no se realizó luego que cobrara estado público. Como desarrolló Minuto de Cierre en una nota anterior (https://www.minutodecierre.com/nota/2024-8-13-14-58-0-milagros-racana-subdirectora-de-la-aduana-apuntada-por-un-gasto-pautado-en-65-millones-y-sus-permanentes-viajes), gastó por lo menos $ 65 millones en ese evento, emitiendo pasajes a través de Aerolíneas Argentinas desde Buenos Aires hasta Mendoza, que los aduaneros finalmente no usaron.

Racana, que tenía la jefatura de la Aduana de San Juan, se arregla todos los fines de semana -o casi- para generar eventos y reuniones en su provincia o en la vecina Mendoza. En Aeroparque, los aduaneros ya tienen cierto hartazgo de pedir favores para ella. Con aires de mando, María de los Milagros (tal su nombre completa) suele pedir que la alojen en Salón VIP mientras espera para embarcar. Después de eso, aunque el organismo le paga un pasaje en clase turista, solicita el pase a Primera, lo cual generalmente le es concedido. Por otra parte, a Racana se le atribuye cierta facilidad y rapidez para habilitar depósitos fiscales en todo el país. 

Entre los posibles desplazados también se cuenta a Javier José María Ferrante, que hace menos de dos meses -exactamente el 28 de agosto- fue designado subdirector general de Control en lugar de Diego Figueroa, desplazado tras las investigaciones de este medio sobre los aviones importados con posible subfacturación. En su corta gestión, Ferrante ordenar área del Puerto de Buenos Aires y el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, dos campos minados de intereses y bandas cruzadas. Sin embargo, todos recuerdan su poco eficaz paso por Ezeiza (https://www.minutodecierre.com/nota/2019-9-2-16-57-0-javier-ferrante-el-aduanero-que-manejo-ezeiza-durante-la-explosion-de-causas-judiciales-y-luego-davila-ascendio-a-jefe-de-investigaciones), así su antiguo alineamiento con Elisa "Lilita" Carrió (https://www.minutodecierre.com/nota/2020-2-13-13-53-0-aduana-desplazaron-al-lilito-sumariado-javier-ferrante-lo-reemplaza-un-funcionario-respetado-en-el-organismo). También le reconocen que entiende algunos temas, pero sostienen que en otros "hace agua".

Los desplazamientos, por ahora potenciales, de Racana y Ferrante, no son nada comparados con el desplante que le hicieron sentir a Eduardo Mallea, formalmente todavía el director general de Aduanas. El abogado socio del Estudio Funes de Rioja, y exigente coleccionista de arte, estaba en Bruselas, sede de la Organización Mundial de Aduanas (OMA). Los eventos de la OMA son mensuales, y Mallea no se perdió ninguno. "Estaba más tiempo fuera del país que acá", exageran algunos, aunque no por mucho.

Mallea fue llamado de urgencia, le avisaron que dejaba el cargo, y hasta creen que tuvo que pagarse el pasaje de avión de vuelta, lo que parece poco probable. La sede central del organismo se vio hoy alborotada por una asamblea del gremio (Sindicato Único del Personal Aduanero de la República Argentina, SUPARA), el secretario general del mismo -Carlos Sueiro- pidió un apagón informático.

Mientras esto ocurría, y los ahora combativos aduaneros pedían marchar hacia Plaza de Mayo, a la sede central de la histórica AFIP (ahora ARCA), los más pendientes de rodear a Velis vieron cómo se llevaban las pertenencias de Mallea. "Se llevaron los cuadros en un carrito de supermercado", bromeaban, en referencia a la pretensión -ahora trunca- de Mallea de inaugurar una galería de arte en el subsuelo del histórico edificio de Azopardo y Belgrano. 

 

 

 

 

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