18 de Diciembre de 2023 - 16:54

¿En qué te han convertido, Boca?: ídolo y presidente de Tigre, Huracán como espejo y modelo, sueños de estadio al estilo San Lorenzo

La crisis identitaria del club argentino con más hinchas es preocupante. Su máxima figura, además de estar fuera de la cancha, es hincha del Matador de Victoria. Obsesión enfermiza por robarle -o pagarle- técnicos y jugadores a Huracán. Más preocupación por un nuevo estadio, al estilo San Lorenzo con la soñada -más no concretada- vuelta a Avenida La Plata, que por conseguir nuevos títulos. El xeneixe, empantanado mentalmente en el 9/12/18.

Por Damián De Bonis

 

La habilidad de Sergio “Chiquito” Romero para atajar penales tapó el sol con un dedo, hasta que John Kennedy clavó su implacable derecha pegado al palo. La definición de la última final de Copa Libertadores evidenció que “el rey está desnudo”: Boca no jugaba bien, su director técnico, ya ex -Jorge Almirón- no está a la altura del club, los refuerzos poco productivos son más que los otros, y los caprichos de Riquelme sólo alcanzan para ganar títulos locales.

Como Passarella en River, o Babington en Huracán, Juan Román Riquelme es infinitamente peor como dirigente de lo que fue como jugador, habiéndose salteado -a diferencia de los casos anteriores- el trabajo de director técnico. “Román”, hincha de Tigre al que muchas veces se lo vio alentando en “El Monumental de Victoria”, llegó a decir, al inicio de su carrera, que no quería ponerse “esa camiseta de mierda”. Algunos periodistas, que hoy callan, recuerdan esa frase cuando su talento para jugar al fútbol -que no se traslada en el armado de planteles y cuerpos técnicos- despuntaba en Argentinos Juniors.

El despiste de Riquelme es tal que sigue los pasos de Daniel “El Tano” Angelici: cierta idolatría y admiración por el Club Atlético Huracán. El ex presidente de Boca, de quien siempre se dijo que es hincha del Globo (en realidad su esposa, él no), fue tras los pasos de dos jugadores clave de Huracán, Christian Espinoza y Ramón “Wanchope” Ábila. Como si ello fuera poco, después le robó al director técnico: Gustavo Alfaro.

El actual seleccionador de Costa Rica hizo su negocio, pero sin obtener gloria deportiva. Le permitió a un Tigre ya descendido, en una final de Copa de la Superliga, obtener el primer título de su historia. ¿Habrá festejado Román, hincha del Matador? Alfaro hizo su negocio: tras su fracaso en el Club de la Ribera se fue a dirigir Ecuador, cobrando en dólares y llegando al Mundial de Qatar 2022.

Román siguió los pasos de “El Tano”. Pagó por “El Beto” Briasco, delantero más potente que dotado técnicamente, más de u$s 4 millones. También se quedó con Rolón, otro jugador que le gustaba. Ninguno de estos dos ex Huracán rindió demasiado en Boca. Pero el actual vicepresidente insiste: ahora va por Diego Martínez, el DT con el que tiene todo arreglado.

Si todo ello no fuera suficiente, parte de la campaña está enfrascada en el nuevo o viejo estadio de Boca Juniors. Es cierto que La Bombonera le queda chica, pero tanto fervor por ver si la amplían o la mudan a la Isla Demarchi hace que los “bosteros” parezcan “cuervos”. El club de Boedo, fundado en Almagro, cuyo estadio está en Soldati, se la pasa soñando con una vuelta a Avenida La Plata al 1600. Como si la vida consistiera en hacer estadios. “Soñadores de avenidas, mendigos de metros cuadrados”, bromea un periodista de Huracán.

Boca, como si fuera San Lorenzo, se la pasa soñando con otro estadio. Le paga o roba talento a Huracán, que no siempre funciona fuera de Parque Patricios. Su máximo ídolo es hincha de Tigre, y la oposición a él ve al club como una plataforma para el poder político o los negocios. Mientras River no para de crecer, ¿en qué te han convertido, Boca?

 

 

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