27 de Febrero de 2024 - 12:36

Frigorífico HV y el despachante Pablo Monet, protagonistas escondidos tras la tragedia del aduanero Omar Ramírez

El sumario y luego denuncia ante la Justicia, que desencadenaron en el suicidio del guarda aduanero, se originaron en un bolso que el propio despachante del frigorífico -a través de un tercero admitió como propio-. El que se puso la cara estuvo preso en el penal de Magdalena. El rol de la dirección de Investigaciones y la interna que juega con Germán Muiño.

 

Hay pérdidas de vidas que podrían evitarse, pero lo que no se interrumpen son los negocios. Por desgracia, esa es una lógica del funcionamiento actual de la Argentina. Así ocurrió con el suicidio del guarda aduanero Omar Ramírez: Germán Muiño -secretario de Legal y Técnica de la Aduana- lo denunció sin investigarlo, el frigorífico que habría usado sellos de funcionarios sigue exportando, en tanto que el despachante Pablo Monet logró que Fernando Andrés Soja, DNI 22.719.017, ponga la cara por él y se declarase dueño del bolso con documentación del despachante y supuesto sellos de cuatro aduaneros: Javier Fabián Lacentra, Martín Antonio Toleda y Sandra Zotta, además del fallecido Ramírez.

Del propio parte policial que originó el sumario y luego la denuncia judicial, surgen algunos datos reveladores: el despachante Monet sólo tiene como cliente al frigorífico H V S.A.; los aduaneros sumariados estaban destinados a la exportación en su planta faenadora; y la documentación encontrada en el bolso sugería que todos están ligados entre sí.

El parte policial dice que “la empresa comercial -H V S.A.- que se encuentra inscripta en los Registros Especiales Aduaneros y habilitada para operar bajo el régimen de Consolidación en Planta de Exportación”. También detallaba la exclusividad de trabajo de esta firma con Pablo Monet: “Surge que el despachante de aduana mencionado documentó en el año en curso, ante la Dirección Aduana de Buenos Aires, destinaciones de exportación exclusivamente en representación de la firma Frigoríficos H V S.A.”. Según pudo averiguar Minuto de Cierre, el dueño del frigorífico y Monet son amigos desde hace décadas, lo que en sí mismo no tiene misterio ni delito. Pero, en la lógica del mundo aduanero, una relación de exclusividad entre despachante y cliente alberga por lo menos dos hechos: la rentabilidad de la operación, y que el despachante tiene allanado el camino con aduaneros amigos.

El parte policial dice exactamente esto: “Que del listado de solicitudes de habilitación de servicios extraordinarios por consolidación en planta, requeridos por el despachante de aduana Monet desde el mes de mayo de 2021 a la fecha y los guardas allí asignados, surge que de los cuatro agentes nombrados, cuyos sellos fueron encontrados en el procedimiento del que da cuenta la Nota 4/2022, han sido efectivamente asignados para la atención de tales operaciones”.

 

“No hagan olas”: la consigna de todos

 

Desde que el bolso se descubrió en la sede central de la Aduana, el 20 de abril pasado, la estrategia de HV y Monet, que vieron interrumpida o diezmada su operatoria habitual, fue mantener el conflicto -sumario y denuncia judicial incluidas- escondido. Tras el trágico fallecimiento de Omar Ramírez, el 3 de mayo, la actitud no cambió sino que se extremó.

Después vinieron las quejas de los aduaneros, el sentido acto organizado por el gremio SUPARA en el edificio de Azopardo y Belgrano, así como las repercusiones internas. Para HV y Monet, sin embargo, la vida y los negocios siguen hoy prácticamente igual, aunque tengan una causa judicial en el juzgado federal de Marcelo Martínez de Giorgi.

La causa tiene por ahora un imputado, Fernando Andrés Soja, que estuvo preso en el penal de Magdalena, luego declaró y ahora está libre. Soja, según el parte policial, “se hizo presente” y “refirió ser propietario del bolso hallado, por lo que fue demorado” y luego preso. De esta forma, Soja parece haber sido enviado para excluir de los problemas a Monet.

Por otra parte, los aduaneros involucrados en el hecho habrían admitido ser dueños de los sellos, tras haber sido inducidos a hacerlo -hablan de “apretadas”- por parte de Muiño. El foco debería estar puesto en que la operatoria de un despachante abocado a un único cliente, donde además los mismos aduaneros refrendan siempre sus exportaciones, y cuyos sellos son encontrados junto a documentación del despachante, merecería por lo menos una investigación del frigorífico HV y de Monet. 

 

 

 

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