Según el IPCVA por el COVID-19, el argentino cambió el asado por el guiso
Todos buscan precio, pero se valora más la calidad. Ganan terreno los cortes para milanesa.
El asado pierde frente a los cortes para guisos y milanesas y las recetas caseras se renuevan. El precio le sigue ganando a la calidad, pero es un factor que pesa menos entre los menores de 35 años y los varones, que son los nuevos “compradores designados” en la cuarentena. El stockeo en familias de bajos recursos duplicó al acopio de la gente con mayores ingresos. También se notan sutiles alteraciones en la frecuencia y la modalidad de abastecimiento.
Estas tendencias fueron reflejadas por una encuesta online del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) entre 1.100 personas de toda la Argentina realizada durante abril, en plena vigencia de la cuarentena por coronavirus.
La primera etapa de esta situación excepcional se registró en marzo, cuando la gente buscó aprovisionarse de distintos productos y los considerados esenciales, como la carne, subieron de precio por el repentino stockeo masivo en el inicio de aislamiento. También se notó que los “cortes de reunión” (asado, vacío, mollejas y hasta las achuras) perdieron terreno en la demanda. Se acopiaron mucho más los destinados a guisos y milanesas, por ejemplo.
En abril se confirmaron esas conductas, aunque con nuevos matices. Por ejemplo, el 27 % de las personas buscaron comprar carne vacuna en cantidad. Pero fue diferente la actitud según los niveles de ingresos económicos.
“Mientras que en el segmento de nivel socioeconómico más acomodado (ABC1) solo un 13% compró carne en cantidad para sobrellevar la cuarentena, en el nivel más bajo (D1D2) ese porcentaje trepó al 31%”, señaló Adrián Bifaretti, jefe de Promoción Interna del IPVCA y responsable del estudio.
Por su parte, Leonardo Rafael, presidente de la Cámara de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), señala: “La gente con menos capacidad de ahorro pelea directo con la inflación y si tiene un peso lo cambia por mercadería. En los primeros días del aislamiento, las familias que compraban de a 3 kilos pasaron a llevar 6 u 8 kilos”. El dirigente reflejó que “aún se mantienen los volúmenes más abultados porque las compras son más espaciadas en el tiempo, pero en promedio volvimos a las cantidades previas a la cuarentena”. Aseguró que “bajaron un poco los precios que hubo en el pico de demanda. Y se redujeron valores de la hacienda, aunque en la carne se notó menos porque a los carniceros les subieron proporcionalmente los costos fijos (personal, tasa de servicios)”.
El precio “es lo que más importa al momento de comprar carne (lo destaca un 40% de los consultados). Le siguen la calidad (25%) y la confianza en el punto de venta (23%) y un escalón más abajo la cercanía del punto de venta (7%) y la practicidad para cocinar (5%)”, puntualizó Bifaretti.