28 de Junio de 2024 - 16:30

El Banco Nación paga sueldos de $ 8 millones a empleados sin función o que duplican con otro cargo ya existente

La “línea”, los profesionales de carrera de la entidad, empiezan a mirar con preocupación cómo ejecuta el gasto el nuevo presidente, Daniel Tillard. Apuntan a los sueldos “innecesarios” de Juan Pablo Pedemonte y Fernando Barravecchia, pero también al probable préstamo a Independiente y a 20 gerentes departamentales cobrando altos sueldos sin hacer su trabajo.

El Banco de la Nación Argentino (BNA), que se cayó del listado de empresas privatizables de la Ley Bases, opera de un modo parecido a YPF (aunque esta última es una sociedad anónima): la propiedad estatal no les impide realizar gastos de modo absoluto discrecional, sino que más bien lo facilita. En el caso de la petrolera, los directores tienen sueldos de $ 77 millones mensuales, y además podrán cobrar un plus con acciones de la compañía.

En el caso del BNA no se llega a tanto, pero algunos empleados de carrera empiezan a temer que el “bolsillo de payaso” de Daniel Tillard, su actual presidente, reabra la discusión sobre la necesidad de privatizarlo. Los datos que preocupan son varios. Dos de ellos vinculados a empleados puntuales, uno por el modus operandi y otro por el valor simbólico.

El primer caso es el de Fernando Barravecchia, un especialista en Informática recibido en la Universidad CAECE. Hasta ahí nada fuera de lo normal, pero el cuestionamiento es que lo nombraron subgerente departamental -él mismo se define así en su perfil de Linkedin- para la comprar de equipamiento informático, una responsabilidad que recaía en Compras y Contrataciones antes de su nombramiento.

El ingreso de Barravecchia, efectivizado en marzo de este año, no sólo le aseguró un sueldo cercano a los $ 8 millones, sino que su cargo duplica responsabilidad con el área de Compras y Contrataciones. “Tenemos miedo que termine con un caso IBM-Banco Nación”, define un empleado de mucha experiencia. Otros consideran exagerada esa comparación, pero todos coindicen que el “raviol” creado para Barravecchia no era necesario.

 

Sueldos altos, pero sin función

 

El despilfarro no termina con el caso de Barravecchia. También se apunta a Juan Pablo Pedemonte, el hijo de la ex gerente general María del Carmen Barros, que saltó a la fama por contratar a “Pity La Numeróloga” y terminó eyectada del cargo. A Pedemonte lo sacaron del cargo jerárquico que ocupaba, y lo dejaron sin funciones, pero sigue cobrando un sueldo cercano a los 8 millones de pesos.

Además, el entorno de Pedemonte mantiene sus privilegios. Por ejemplo, Mauricio Damián Ramírez, amigo personal del hijo de Barros y su esposa. En apenas dos años dentro del BNA, Ramírez obtuvo una jefatura de Departamento, cargo que a cualquier funcionario de carrera le lleva alrededor de 20 años conseguir.  

Como si todo ello no fuera suficiente, en Casa Central hay 20 gerentes departamentales cobrando sueldos altos, como corresponde por trayectoria y antigüedad; pero sin cumplir funciones y fuera del organigrama. Una política que inauguró Barros en 2022, cuando inundó las gerencias con sus amigos de la Gerencia Zonal Congreso, desplazando a empleados más calificados. Tillard no movió un dedo para corregir eso.

El otro tema que despierta polémica es el probable préstamo al Club Atlético Independiente. Desde lo futbolístico, uno de los más importantes de la Argentina. Pero, desde el punto de vista del riesgo crediticio, el BNA no otorga créditos a asociaciones civiles sin fines de lucro (sería la primera vez), pudo pagar sus deudas gracias a una colecta del influencer Santiago Maratea, y sin embargo afronta todavía embargos diversos.

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