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Hacia fines de la semana pasada, mientras se oficializaban algunos nombramientos en la Aduana, se intentó que pasara desapercibida una designación clave. El viernes, Facundo Rocha reasumió como subdirector general de Recursos Humanos, un cargo que había ocupado entre 2018 y 2019. Rocha, que era director de Legales de la aerolínea LAN (hoy LATAM), llegó en 2018 apenas consumado el cambio de mando, cuando asumió como administrador federal Leandro Cuccioli en lugar de Alberto Remigio Abad.

A fines del 2019, cuando Alberto Fernández estaba por asumió la Presidencia, Rocha se autofirmó su pase a planta permanente, pues hasta entonces era contratado. Además, como anticipó Minuto de Cierre en ese momento (https://www.minutodecierre.com/nota/2019-10-16-18-50-0-los-jefes-de-afip-claves-en-la-era-macri-que-golpean-las-puertas-del-instituto-patria-y-mexico-337-para-reciclarse#:~:text=Con%20un%20nivel%20de%20coincidencia%20que%20sorprende%2C%20Minuto,que%20designe%20Alberto%20Fern%C3%A1ndez%20si%20gana%20las%20elecciones.), formó parte del equipo que buscó tender puentes con la nueva administración.

Este viernes 19 de abril, a través de la Disposición 32, se lo nombró nuevamente como subdirector general -“coronel” en la jerga del organismo- de Recursos Humanos. La norma, como es de estilo en un caso así, sólo fue firmado por la titular de la AFIP, Florencia Lucila Misrahi, y se argumentó su designación con “razones de servicio”.
Según distintas fuentes, la vuelta de Rocha a RRHH tendría que ver con una lógica de racionalización, apuntando a los contratados que entraron al organismo durante el 2023, cuando Alberto Fernández y sus laderos habilitaron el ingreso de cientos de empleados, tanto de la propia facción como del kirchnerismo. Si esa es la lógica, Rocha tiene dos razones a favor y otras tantas en contra.

Una de ellas, como se probó en diferentes organismos del Estado, prescindir de un contratado es relativamente fácil, a diferencia de un empleado de planta permanente. Pero, además, en el caso de la AFIP se agrega otra ventaja: el funcionamiento era razonable antes que este personal -se habla de cientos de nombramientos políticos- ingrese al organismo.

Por otra parte, en junio de 2022, mediante la Disposición 122, Mercedes Marcó del Pont -todavía administradora federal- delegó en la camporista María Cecilia Rodríguez, que ostentaba el cargo de Rocha, la posibilidad de contratar personas sin título universitario, una norma a contramano de la historia y la profesionalización de la AFIP, que despertó una gran polémica. Otra medida que Rocha podría revisar.

Desde otra lógica, con la recaudación cayendo en picada en términos reales -casi 20% interanual-, quizás no sea el momento de generar tensiones con el personal de la AFIP. Aunque esto último también tendrá que ver con la actitud de los gremios. La mayoría de los contratados de la era Alberto Fernández revista en la Dirección General Impositiva (DGI), con menor incidencia en la Aduana y Seguridad Social, tales las tres direcciones de la AFIP. Ante un cese de contratos, ¿los gremios se defenderán en conjunto o cada uno cuidará su quinta?