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Para muchos agentes del comercio exterior, especialmente los que se mueven en una zona gris con respecto a la legalidad, el relativamente nuevo director de Aduanas, Guillermo Michel, está realizando movidas sorpresivas. Este último sábado, por ejemplo, se supo que hubo una importante inspección en el sistema de Prestadores de Servicios Postales, usualmente conocidos como "couriers", que operan en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Como no podía esperarse de otra manera, para los que conocen el paño, se conocieron desde relojes tradicionales o tipo smartphone, notebooks, tablets y auriculares, casi todos "truchos" o -en la elegante jerga aduanero- de fraude marcario. La inspección inclusive encontró riesgos para la salud, con la entrada de termómetros digitales, barbijos, guantes o jeringas.

Lo más increíble es que, de acuerdo a un material de consulta difundido por la propia Aduana, el sistema de "courier" admite envíos de hasta 50 kilogramos y por un valor máximo de 3.000 dólares. Una cifra irrisoria en comparación con los valores y la facturación real de estas empresas. Aquí radica la primera sorpresa, que Michel se mete en un terreno donde todos miraron para otro lado. Para todos los directores de Aduanas anteriores, desde Silvia Traverso hasta Juan José Gómez Centurión, era obvio que tanta paquetería no se mueve por 3.000 dólares el bulto.

Pero la sorpresa es doble. Michel también se mete con aduaneros (o amigos de) ligados a los couriers, cuando muchos suponían que por sus amistades o relaciones políticas previas al cargo no lo iba a hacer. "No tengo nada particular con nadie, pero donde hay joda, intervengo y corto", se lo escuchó decir en sus oficinas del primer piso de la Aduana, ubicado en Azopardo y Belgrano. Una promesa interesante, pero que no admite doble vara en el caso de efectivizarse.

En el caso de Ezeiza, la anterior director de la Aduana de ese aeropuerto, Rosana Lodovico, actual subdirectora de Operaciones Aduaneras Metropolitanas, que sonaba como sucesora de Michel si finalmente era promovido a administrador federal. En este caso, la eficacia del operativo podría jugar a favor de Lodovico, que seguramente aportó su conocimiento del "terreno" de Ezeiza. Aunque cabría preguntarse por qué no impulsó un operativo de este tipo antes, y ahí todas las miradas se posan sobre la anterior directora del organismo, Traverso, como sobre su yerno Hernán Demartini, que ejercía un diálogo permanente con factores de poder y negocios.

La cuestión, más allá de esto, es que en el ecosistema ligado a los couriers hay familiares de importantes jerarcas de la Aduana, hermanos de jueces federales, un ex preso que era figura clave de un ministro del kirchnerismo, orgánicos e inorgánicos de servicios de Inteligencia, entre otros. La pregunta que todos ellos se hacen hasta dónde se animará a llegar Michel, y si frenará o disminuirá tanto el negocio como lo hizo en la Zona Franca de La Plata.

 

Relojes, instrumental médico, electrónicos y mercadería valiosa

 

De acuerdo a lo que se difundió el último sábado, la Aduana realizó "controles de gestión y fiscalizaciones que preventivamente" llevaron a detectar "la importación de mercaderías alcanzadas por prohibiciones no económicas, es decir mercadería con Fraude Marcario la cual sólo podría ser ingresada al país por los titulares marcarios o bien aquellos que contaran con la debida licencia marcaria respectiva".

"La maniobra -continúa la información oficial- involucró rubros tales como electrónica, relojería, marroquinería, como así también insumos e instrumental médico. Detalle de las mercaderías retenidas y objeto de las correspondientes infracciones: notebooks, tablets, auriculares, Smartwatches, herramientas de mano, dispositivos de realidad virtual, teclados con tecnología bluetooth, adaptadores led, cargadores, placas y circuitos electrónicos, coolers, termómetros digitales, cargadores de teléfonos celulares, máquina minadora de criptomonedas, relojes, carteras, juguetes, naipes, suero, barbijos, guantes de látex, jeringas y endoscopios".

Según la gacetilla difundida por la Aduana, lo que se relevó es lo siguiente: 

-Las citadas operaciones pretendieron ingresar bajo el régimen de Courrier (sistema de correo privado puerta a puerta).

-Las mercaderías resultaron ser de reconocidas marcas, no obstante, en varios casos finalmente se identificaron como falsificadas.

-Asimismo pudo detectarse la necesidad de contar con la intervención de Terceros Organismos Certificantes, tales como la certificación de Seguridad Eléctrica, ANMAT y SIMELA entre otras, lo que implica un claro caso de maniobra de infracción al régimen.

-Además se detectaron casos de posible sobrefacturación infringiendo los límites establecidos para el régimen de Courrier.

-Las mercaderías tienen su origen mayoritariamente en China y EEUU.

-El valor en plaza aproximado de la mercadería en infracción al Art 954 y ss. del Código Aduanero asciende a 33.750.000 pesos.

El material difundido concluyó que "más allá de la infracción al régimen por el tipo y valor de la mercadería involucrada, la cual debió haber ingresado al país por el Régimen General de Importación sujeta al pago de tributos conforme las tasas arancelarias respectivas, el Régimen Courier se encuentra exceptuado del trámite previo de obtención de Licencias no Automáticas, por lo cual el operador utilizaba este tipo de maniobra a fin de burlar claramente el control aduanero".