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Por Antonio D’Eramo

Los fantasmas de la crisis de Garbarino y Ribeiro pueden corporizarse en otra de las grandes cadenas de venta de electrodomésticos. Frávega intenta no imitar a sus competidores en la cara más dolorosa para la industria del retail, que se produce por el desafío digital que promueve nuevos jugadores en el negocio y cambios en las costumbres de compras de los consumidores argentinos.

Si bien los números financieros de Frávega plantean una expansión de sus negocios, las últimas noticias que le llegaron desde el Gobierno nacional, con la inseguridad haciendo su aparición en sus tiendas y con algunos fallos judiciales en su contra, comienzan a encender luces de alerta en el management de la compañía.

Al mismo tiempo que el programa Ahora 30 no levanta los consumos de la población por los efectos de una economía que hunde los ingresos formales de los asalariados y choca de frente contra los intereses comerciales de las entidades bancarias que no se deciden a asumir más riesgos crediticios con sus clientes, Frávega debió contabilizar pérdidas cercanas a los dos millones de pesos por el accionar delictivo de boqueteros en su local principal de José C. Paz.

Uno de los empleados del lugar explicó, “…encima que se vende muy poco porque el Ahora 30 no arranca tuvimos que sufrir el accionar de los chorros. La gente viene, pregunta por los precios de los televisores, de las play y se van porque no tienen cupo en sus tarjetas de crédito. Las cuotas a pagar por cualquiera de los productos financiados con el programa del gobierno consumen todo el cupo de financiamiento que posee la gente y los consumidores optan por no hacer las compras. Y, eso cuando tenemos productos para ofrecer. La última vez que entraron los boqueteros se llevaron más de 30 productos de primera línea”.

Pero los que tienen un desafío mayor son los letrados de la firma de electrodomésticos que acumulan sentencias de la justicia en contra que sientan precedentes.

En la provincia de Tucumán quedó firme un fallo que le dio la razón a un consumidor que el 5 de diciembre del 2018 adquirió una computadora de la rama “gamer” en Frávega por intermedio de Mercado Libre. La empresa canceló la compra por un error en el precio, sin embargo, la Cámara de Apelaciones consideró que la compra fue realizada una vez que el consumidor presionó "comprar" en la plataforma. Por su parte, Frávega alegó que canceló la operación porque había un error en el precio publicado, y el importe real no era $24 mil sino que ascendía a $75 mil pesos, valores del año 2018, por lo que se le devolvió el dinero al joven más un pedido de disculpas.

La titular del Programa para la Protección de Usuarios y Consumidores del MPF, Gabriela Boquín, confirmó que la Sala E de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial ordenó a Frávega SACI la venta al precio publicado de hace cuatro años. En su decisión, el tribunal consideró que Frávega no logró acreditar que el precio publicado de la computadora fuera un error y que era notoriamente bajo. "Hay una completa ausencia de certeza que, lo que para la demandada fue un error, no haya consistido en un precio (atractivo) para que se pudiera vender el bien con relativa facilidad, lo que pueda asimilarse en términos comerciales a una rebaja o una acción de marketing", indicó la Cámara.

 

Los alquileres de la discordia en la ciudad de Comodoro Rivadavia

 

Pero el perjuicio mayor para la compañía de retail llegó desde el sur del país. La justicia de Chubut sentenció a Frávega a pagar cerca de dos millones y medio de dólares por alquileres impagos de un local en la principal calle de la ciudad de Comodoro Rivadavia. La Justicia falló en primera instancia que Frávega deberá pagar 2.438.000 dólares, más intereses, a Eligio Dios Bretal en concepto de alquileres impagos desde noviembre de 2011 hasta septiembre de 2019.

El diario El Patagónico logró dialogar con la abogada Yanina Nicoletti, que continuó con la demanda tras el fallecimiento de quien fuera un importante empresario de la zona, el 28 de septiembre pasado, y explicó los detalles de la demanda. La cadena de venta de electrodomésticos se instaló a mediados de la década del año 2000 en el local ubicado en San Martín 346. Las partes habían acordado un contrato de 23 mil dólares por mes para poder utilizar el local desde el 15 de mayo de 2009 hasta el 14 de mayo de 2012. Vencido ese plazo se fijó una ampliación automática de otros tres años a contar desde el 15 de mayo de 2012 hasta el 14 de mayo de 2015 por la suma de 25 mil dólares mensuales.

La ampliación del contrato de locación se firmó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y los problemas comenzaron en 2011. Es que el pago del alquiler se realizaba mediante la entrega de una factura de papel por parte de Dios Bretal, quien entonces acusó serios problemas de salud que lo llevaron a estar dos años en reposo en su domicilio.

Como el trato entre ambas partes era de confianza, Dios Bretal les comunicó que no cobraría la mora por el tiempo en el que no pudiera llevarles la factura. Una vez recuperado, el empresario intentó cobrar lo que le correspondía, pero la empresa se negó a pagarle. Los abogados de la firma llevaron a la larga las negociaciones en sesiones de mediación pero, finalmente, el juez bajo el martillo a favor de los demandantes que establece que Frávega deberá pagar 2.438.000 dólares más intereses. La justicia llegó tarde para Dios Bretal que falleció a fines de septiembre y no pudo ver un dólar de lo que le debían. Pero sus herederos van a cobrar.