Dueño de Buquebús tiene un yate investigado por contrabando en Puerto Madero
Se llama “Doña Francisca” y usa la bandera uruguaya como ardid para no pagar impuestos en la Argentina. Está casi todo el año en el Yacht Club de Puerto Madero, a la vista de todos, y Juan Carlos López Mena lo usaría como su casa. Una maniobra que repiten empresarios, políticos y famosos.
Si un lujoso yate tiene bandera y capitán uruguayo, pero su dueño es un argentino, y está más tiempo varado en Buenos Aires (más específicamente Puerto Madero) que en cualquier otra ciudad del mundo, podría tratarse de contrabando. Por lo menos, eso es lo que cree una investigación aduanera en curso. Con un detalle que hace al tema más atractivo: el dueño del yate -Doña Francisca- es Juan Carlos López Mena, el dueño de Buquebús. Un argentino que también tiene la ciudadanía uruguaya.
El mismo calificó al barco, bautizado en honor al nombre de su abuela, como "el último barco de mi vida", en una nota concedida al diario uruguayo el país. La goleta, que tiene 52 metros de eslora y materiales de última tecnología como fibra de carbono, fue diseñado por el arquitecto Javier Soto Acebal y, según cuenta su propio dueño, construido enteramente en Uruguay. Hasta ahí todo es un hermoso detalle de buen gusto por la navegación. Pero, cuando se va a los papeles, todo parece armado para evadir impuestos en la Argentina.
El estudio jurídico García Zeballos le armó un "poder especial absoluto" sobre el velero "Doña Francisca"a Nicolás Dupont Carlevaro, un capitán de barco de ese país que tiene 46 años. La matrícula del barco es 8580, y el dueño del mismo es Los Cipreses S.A., cuyo presidente con poderes absolutos es López Mena. La maniobra que la Aduana investiga como contrabando es la siguiente: el capitán del mismo -el uruguayo Dupont Carlevaro- entra a la Argentina como turista, por lo que el "Doña Francisca" no paga ningún impuesto; un día o dos después se vuelve a Uruguay, y el barco queda en el Yacht Club de Puerto Madero.
En las fotos que ilustran esta nota, de la mañana del miércoles 4 de julio, se lo ve cómodamente instalado en el último lugar del Yacht Club. Según quienes frecuentan la zona, López Mena lo usaría casi como su vivienda particular. Lo que vale la pena, pues la habitación principal tiene 35 metros cuadrados. El problema es que, según fuentes aduaneras, esto sería una infracción a la Ley 22.415, configurando contrabando.
El capitán de barco uruguayo actuaría como una especie de testaferro de navegación de López Mena, un empresario de bajo perfil pero polémico. Por ahora, el barco más grande y llamativo del Yacht Club sólo llamó la atención de unos pocos aduaneros fieles a las normas. Sigue estacionado en el Dique 4 de Puerto Madero. Pero el dueño de Buquebús lo movería rápidamente al levantarse el avispero.
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